Comparto aquí el contenido de mi charla en el #TEDxEixample de 12 de Diciembre 2020. Gracias al fantástico equipo organizador por contar conmigo para compartir mi idea sobre el talento y la necesidad de reconocerlo a tiempo.

¿ Qué edad tendríamos si no supiéramos la edad que tenemos ? Clic para tuitear

Nuestra edad, condiciona demasiadas veces nuestras oportunidades. Los años vividos y lo poco o mucho aprendido en el camino… los años que otras personas valoran como adecuados para que seamos tenidos en cuenta… cuando el talento y el valor que todos podemos aportar no figuran en ningún documento de identidad

Si exploramos en la historia encontraremos muchos ejemplos de los que aprender sobre talento y potencial. Por ejemplo el caso de Hipatia de Alejandría, considerada la primera mujer de ciencia de la historia. Hipatia, que vivió hace 1.600 años, era una niña que jugaba con números. Una niña que acabó brillando como matemática, astrónoma, inventora y filósofa en un mundo dominado por los hombres.

O Giuseppe Verdi, el genial compositor lírico italiano.  Verdi nació en el seno de una familia rural de escasos recursos. Tuvo formación musical desde los 7 años gracias a la ayuda de sus padres y el apoyo de algún mecenas. Sin embargo, a los 16 no consiguió acceder al conservatorio de música de Milán porque era “demasiado mayor”. La edad límite era de 14 años y además alguien consideró que su técnica era “poco ortodoxa”, la posición de sus manos sobre el teclado decían que no era la más correcta.
Este conservatorio se llama hoy Giuseppe Verdi. Es mucho más fácil reconocer el talento cuando triunfa. Por cierto, una de las óperas más conocidas de Verdi, Otelo, se estrenó cuando él tenía 74 años.

Otro buen ejemplo es el de Thomas Alva Edison, el famoso inventor y empresario americano. El pequeño Thomas pasó poco tiempo en la escuela formal. Aquejado de una sordera parcial, tenía una aparente falta de atención. Una persona clave de su vida fue su profesor, alguien con gran ojo clínico para el talento que  envió a Thomas a su casa con una nota para su madre. En ella decía que Thomas era un caso perdido y que no valía la pena invertir mucho tiempo en su aprendizaje. La madre de Thomas, ex maestra, tomó las riendas de su educación y sentó las bases para que acabara siendo un prolífico inventor al que se atribuyen más de 1.200 patentes, entre ellas, el fonógrafo o la bombilla.

Como ellos, muchas otras personas, la mayoría anónimas,  han destacado y aportado a la sociedad cuando su talento no era nada evidente al principio para una mayoría

¿ Qué tienen en común todas estas personas  ? ¿ Cómo son ?

Pues son todas distintas y únicas, como lo somos cada uno de nosotros. Han nacido en distintas épocas y con distinto acceso al conocimiento, la educación y las oportunidades. Pero tienen el acierto, la determinación o ambas cosas al mismo tiempo, de descubrir y desarrollar su talento a tiempo. Además tienen la fortuna de encontrar en su camino a otras personas que saben verles no como son, sino como podrían llegar a ser. Padres, maestros, mentores que influyen en positivo en nuestras vidas viendo lo que nosotros aún no somos capaces de ver.

El mundo es hoy más complejo e incierto que nunca

No somos capaces de anticipar y protegernos de una pandemia global cuando tenemos más acceso a la tecnología y el conocimiento que nunca en la historia. Aunque muchas veces, el conocimiento que nos falta es precisamente el que tiene que ver con nosotros mismos. El que nos ayuda a descubrir de qué estamos hechos y qué somos capaces de aportar, tengamos la edad que tengamos.

Este camino de descubrimiento lo iniciamos desde niños, con nuestros primeros pasos en casa y en la escuela. Lo seguimos como jóvenes cuando nos preparamos para un mundo distinto al de nuestros padres. Y lo continuamos durante toda nuestra vida cuando, como adultos, vamos tomando decisiones (o no) que conecten más con nuestra esencia y aportación de valor que con la búsqueda y protección de un trabajo seguro.

Vivimos un momento único en la historia

Único porque es el nuestro, el que nos ha tocado vivir. Único también porque tenemos retos globales que requieren de talento diverso. Hoy necesitamos más que nunca miradas abiertas, con menos sesgos y límites mentales. Miradas que sepan reconocer a tiempo el potencial propio y de otras personas, los protagonistas del siglo XXI.
Porque el talento no tiene edad y necesitamos sumar lo mejor de cada generación. Los más jóvenes aportarán quizá más inconformismo, ideas frescas, rompiendo esquemas con menos miedo y lastres. Los no tan jóvenes aportarán experiencia, que es vivencia procesada, sentido práctico, visión global y quizás más acceso a los recursos.
Necesitamos también combinar capacidades con la tecnología para resolver problemas complejos, algunos que nosotros mismos hemos creado. Y en esa suma de inteligencias las personas y nuestro talento somos los que siempre tenemos que marcar la diferencia.

La suma de talento diverso y de tecnología al servicio de las personas es la combinación ganadora del futuro Clic para tuitear

Desde aquí, con una mirada de protagonismo y oportunidad que os invito a tener siempre, propongo que reflexionemos, ahora y con frecuencia en nuestras vidas.
Que lo hagamos para pensar qué futuro queremos, futuro personal y colectivo porque estarán siempre conectados.
Y que pensemos también qué tenemos que hacer distinto, hacer mejor o especialmente dejar de hacer para reconocer el talento propio y el de otras personas. Ese talento que cuando brilla, hace que todo el mundo olvide la edad que tenemos

 

Joan Clotet

Humanista Digital // Digital Talent Innovation Coach · Advisor · Trainer · Speaker · Author / Committed with People Talent Innovation and #Positive change

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Como siempre, brillando, estimulando, inspirando e invitando a la acción.
    Bravo, Joan!

    Guillem

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