Despierta, corre, llama, responde, negocia, viaja, resuelve, comparte, declina, redacta, revisa, espera, para…para… Para qué ?
Para qué ? esa es la pregunta clave. Inmersos en un mar de tareas perseguimos urgencias, a menudo de otros y olvidamos nuestras propias importancias, si es que las tenemos a diario verdaderamente claras.
Preguntarnos ¿ para qué ? nos invita a conectar con el propósito y la intención del día, de cada tarea autosignada para validar si todo lo que hacemos, además de correr mucho y estar en todo, nos lleva a alguna parte a la que realmente necesitemos ir, valga la pena, sume y tenga sentido en el contexto profesional y personal en el que cada uno se encuentre.
Que tal si a nuestra próxima lista To Do , trufada de prioridades y dead lines tenemos más presentes algunos Not To Do y un retador ¿ Para qué ? a la derecha de cada tarea que nos invite a parar unos segundos, respirar y pensar un poco antes de decidir, delegar, postponer o lanzarnos a la acción ?
Es mejor tener foco que trabajar a destajo si queremos llegar lejos. Pequeñas pausas nos ayudan a ganar tiempo y despejar el camino hacia nuestros objetivos, avanzando en la jungla diaria con mayor sentido de orientación y una visión más presente sobre dónde queremos aterrizar exactamente al final del camino, de la semana, de cada día.
Ejercítate en el para qué…
Te apuntas a Paraquéaidismo ?
Gran post, Joan! El problema que puede surgir de preguntarnos ese «para qué» es obtener una sobredosis de «pa cagarla». Veu una excepción: «Feliz domingo», ¿para qué? para descansar, leer, reír, disfrutar la familia y el buen sabor de boca de algunos goles que nos ha dejado el sábado.
Abrazos!
Guillem
Gracias Guillem! Me apunto !
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