Dos entran, uno sale

Thunderdome

Cuando en 1993 visité el Hermitage en San Petersburgo, recuerdo impresionarme por aquella arquitectura monumental algo decadente y por las grandes obras (Leonardo, Rembrandt, Kandinski, etc.) que llenaban más de 400 salas mostrando el poderío de aquella URSS de reciente disolución.
De la rauda visita cultural me quedé también con una frase de Irina, nuestra guía: “Si emplearais un sólo minuto en contemplar cada una de las obras aquí expuestas, consumiríais casi 6 años de vuestra vida, día y noche sin parar.”
Esa profusión de oferta me hizo más consciente de la importancia de saber escoger cuando nuestro tiempo es limitado.

29 años más tarde y ya en la era digital, tenemos muchos recursos e información para preparar cualquier viaje de forma anticipada y personalizada e incluso podemos realizar una visita virtual por éste y otros museos en todo el mundo sin coger un sólo avión .

Uso esta analogía turística para conectar con la importancia del criterio en la curación de contenidos que consumimos ante la ingente oferta digital que nos tienta durante nuestro viaje por la vida.

Además de lo asociado a nuestro trabajo más o menos digital, atiborramos nuestros dispositivos de música, podcasts y redes sociales. Deambulamos por medios de comunicación, plataformas de streaming o juegos en línea y nos sentimos atraídos por el nuevo Metaverso o lo que inventen mañana.  Nuestra atención es tentada o secuestrada a diario para capturar el 30% del tiempo que pasamos despiertos.

Considerando que mientras no se consiga la inmortalidad física o virtual, nuestro tiempo será limitado, conviene revisar de vez en cuando en qué lo invertimos y si eso nos lleva a algún lugar deseado.

Sin ser especialista en eficiencia, comparto aquí cinco simples prácticas que a mí me ayudan a no perder (demasiado) el tiempo.

1. Definir (y recordar) mis objetivos

Reflexiono cada mes diciembre para ver de dónde vengo, dónde estoy, a dónde voy y cómo pienso llegar allí. Un post-it electrónico omnipresente me recuerda mis objetivos anuales cada mañana cuando que abro el ordenador

2. Planificar y actualizar

Un elefante se come a trocitos. En mi caso planifico trimestres y los reviso mensualmente aterrizando cada domingo por la tarde a un plan de la semana por estrenar.
Si invertimos tiempo en esbozar el futuro, tenemos más opciones de acercarnos a él Share on X

3. Anotar, priorizar y ejecutar

Tomo nota de todo lo que me interesa o necesito para que no ocupe espacio en mi mente y me organizo lo mejor que puedo para atender a todo en función de su importancia. La salud, la familia y mis clientes, primero. Me organizo reservando bloques de tiempo en mi agenda para todo, lo productivo y lo no tanto. Si no está anotado, no existe. Si no está en la agenda, no pasará a corto plazo.

4. Cierro la puerta

Tengo todas las notificaciones inactivadas. Nada urgente que requiera mi atención inmediata llegará a través de una app. Activo tiempos máximos de consumo digital siempre que es posible (como en Instagram). Mi reto diario es hacer menos cosas, las correctas y nunca dos a la vez.
Cualquier intento de ubicuidad productiva es mentira presentable Share on X

5. Dos entran, uno sale

Inspirado en la famosa escena de la película Mad Max, “dos hombres entran, uno sale” y como herencia de una práctica que inicié en 1995 cuando estrené un pequeño despacho como gerente recién promocionado en Arthur Andersen , me obligo a deshacerme de algo viejo casi cada vez que entra algo nuevo. Si entra un libro en casa, otro debe salir para que alguien lo aproveche. Si entra una camisa, otra sale por la puerta hacia un nuevo destinatario.
Aplico principios parecidos en lo digital. Digitalizo tanto como puedo y mantengo un orden que me ayuda a no perder tiempo buscando. Si me suscribo a un nuevo podcast, me cuestiono si otro debe salir, porque mi tiempo y atención para esto serán limitados. Depuro periódicamente también las fuentes y personas a las que sigo. Reviso sus últimos post y si no tengo una relación cercana o no veo una aportación clara de valor, donde se abusa de la venta, el autobombo o lo banal, algunos salen para dejar espacio a otros nuevos.
En digital, todos estamos a un clic de no estar Share on X

Esto es lo que a mi me sirve y va con mis prioridades y forma de hacer, pero cada persona debe encontrar su mejor fórmula. Encontrareis muchos y sabios consejos sobre eficiencia y productividad personal en muchos blogs, quedaos sólo con los que más aporten al tiempo y energía que les dediquéis

Al igual que en un viaje organizado, nuestra vida, no tan organizada y previsible, tiene también un tiempo limitado y nos invita a poner foco y no distraernos en exceso si queremos avanzar hacia nuestros sueños y cumplir nuestros objetivos. Eso en el caso de haberlos definido, pero claro, esto también requiere un tiempo.