Iniciamos curso y la vuelta se prolonga esta vez más, limitados de presencias que antes marcaban claramente el cambio y retorno a la rutina. Las pantallas y el cordón umbilical digital que nos conectan al mundo seguirán siendo críticos y protagonistas.
Mientras las familias retrasan compras de uniformes y material escolar a la espera de certidumbres, otros valoran ampliación de ancho de banda, exploran precios de sillas de gamer y fantasean con un nuevo portátil que supla al que agonizaba en Julio pidiendo un upgrade.
Mochila nueva (soltando la vieja), mascarillas de colores, libros forrados o portátil nuevo, cambio externo para aliviar inquietud interna y equiparnos para esta nueva temporada de trabajo a distancia.
Comparando ofertas en la red mi conciencia me insta a reflexionar antes de cualquier adquisición, apuntando a la más difícil y necesaria, una nueva mentalidad que nos permita operar mejor en el mundo post COVID.
Igual que optimizamos nuestra tecnología sugiero revisar también nuestra configuración y ejecutar este…
Protocolo de reflexiones post reset vacacional
1. Procesos mentales en background – Libera
¿ Qué nos mantiene inconscientemente ocupados a diario consumiendo energía y atención ? ¿ Qué creencias y riesgos de futuro nos enganchan y roban presencia y energía para el presente ?
Sugiero activar nuestra “consola de administrador” cerebral para inventariar procesos recurrentes que consumen de forma improductiva. Listados los procesos=problemas, conviene repriorizarlos con criterios objetivos o directamente abortarlos de forma decidida.
Necesitamos soltar lastre para lo que sí podemos hacer, aquello en lo que tenemos capacidad de acción.
2. ¿ Ampliar memoria y disco ? – Limpia y ventila
Antes de comprar recursos por baratos que estén, es necesario revisar qué es lo que ya no necesitamos. Limpiar espacios físicos, digitales y mentales dejando espacio a lo nuevo. También ventilar a menudo para evitar sobrecalentamientos del procesador en forma de crisis y conflictos relacionales.
La manera más rápida y barata de ampliar es eliminar lo innecesario. Poner orden desde la conciencia al estilo Marie Kondo y ordenar recursos impacta en nuestra calidad de vida. Necesitamos espacio para lo aún que no sabemos que ha de venir.
3. Instala actualizaciones
No sólo de forma reactiva y ante “virus” o desconfiguraciones imprevistas. Si no agendas tiempo semanal para aprender y especializarte eres cada semana menos valioso en relación a los que sí lo hacen. Hacer algún curso de vez en cuando es un buen hábito pero puede adormecer la conciencia hacia una actualización más intencional y permanente. Lo primero a decidir es qué queremos ser y qué necesitamos aprender, adquiriendo el hábito imprescindible en estos tiempos. Iniciativas como ésta de Foxize o ésta de Learnability Hub son valiosas.
4. Externaliza
Invertimos a veces en medios sobredimensionados para sentirnos capaces de hacerlo todo cuando ni podemos ni debemos. Delega, libera, despeja al máximo tu capacidad para aportar en aquello en lo que eres bueno/a y avanza en tu especialización. Un ejemplo llevado al extremo es el John de Martini que ha delegado progresivamente casi todo para conseguir resultados increíbles en productividad y aportación de valor en su foco. Delegar e invertir en otras personas contribuye además ahora a revitalizar la comunidad y ayudarnos entre todos
5. ¿ Para qué ? – Foco
Mantra omnipresente. La primera respuesta intuitiva no suele ser la mejor. Conviene explorar un par o tres de niveles repitiendo la pregunta para asegurar si eso que hemos decidido comprar o hacer resuelve, nos acerca a un objetivo o sólo mantiene nuestra conciencia distraída. La exploración y definición de un propósito con sentido como referencia de gran parte de nuestras decisiones, especialmente las de medio plazo, se hace ahora más necesario y útil que nunca.
6. Actualiza tu sistema operativo
El upgrade más difícil y necesario. Todo es cambio a nuestro alrededor. Las organizaciones y sus personas se adaptarán y encajarán (o no) a la nueva realidad y sólo es cuestión de tiempo. O nos cambiamos o acabarán cambiándonos. Nuestras creencias y visión del mundo, consolidadas por éxitos del pasado pueden ser ahora nuestro lastre. Algunos marcos de referencia, certidumbres y automatismos no fueron diseñados para este futuro.
Cambiar el sistema operativo supone cuestionarse casi todo, como muchos reflexionaron durante el confinamiento porque el mundo nos empuja a una nueva forma de operar, con nosotros y con los demás.
Un chequeo necesario
Empezar curso y ejercicio requiere siempre un chequeo previo a la acción. Afrontar el último trimestre de este año aciago y especialmente encarar el 2021 con nuevas miras y hábitos parece imprescindible para una mayoría. Todo lo que nos ayude a revisarnos y enfocarnos para actuar de forma más eficaz, nos prepara mejor para el nuevo mundo y prolonga nuestro ciclo de vida. Todo parte también de cuidar nuestra salud física, mental y emocional incrementando nuestra resiliencia y serenidad para lo que esté por venir.
Aprovechando que, a diferencia de las máquinas, nosotros tenemos conciencia, preparémonos (a conciencia) para afrontar este nuevo curso. Sumar talento, voluntad, experiencia y creatividad será como siempre imprescindible en personas y organizaciones comprometidas a crear entre todos una nueva realidad.