Hace pocos días cumplí mi primer año como freelance. Tras 35 como empleado, puedo decir con agradecimiento que trabajo para mí de lo que siento y soy.
En un proceso de reflexión y decisiones desde 2013, me he acercado cada vez más a mí propósito, procurando no perder demasiado en el camino.
Tomar conciencia y propiedad de nuestra carrera profesional es una responsabilidad no delegable, como tantas cosas importantes en la vida.
Cuando compartía con amigos y colegas mis reflexiones de cambio profesional lo vi desde muchas miradas. Algunas mencionaban el «frío que hace ahí fuera», me hablaban de horarios sin tregua y de la incertidumbre de no tener ingresos fijos …
Desde mi limitada experiencia creo que «el frío que hace fuera» (temperaturas gélidas este último año) se combate con el calor que viene de dentro. Tener claro qué queremos ser de mayores y trabajar para ello varía nuestro punto de referencia. La respuesta suele estar en nosotros y lo que está en nuestras manos hacer.
En cuanto a los horarios no han variado mucho en mi caso. El tiempo empleado a diario en lo que profesionalmente me apasiona es excesivo y no soy ejemplo a seguir. Dedicarnos a lo que nos gusta es un privilegio que también nos debemos ganar Share on X.
En tiempos de trabajo remoto para los trabajadores del conocimiento el reloj tiende a difuminarse. Se hace necesario en parte liberarse de la presión de la efectividad, teniendo más conciencia, método y respeto, por uno mismo y por los que nos rodean (familia, amigos, clientes!).
Muchos de mi generación tenemos además el valor del esfuerzo por herencia y creencia. El talento necesita, en mi opinión, de menos horas, más enfocadas y dedicadas a lo importante en cada momento con el objetivo final siempre en mente. El esfuerzo sobre un talento enfocado es un plus Share on X
En cuanto a la incertidumbre y habiendo trabajado toda mi vida en multinacionales, nunca asumí que tuviera nada asegurado. Cada lunes empieza una semana en la que ganarse el sueldo y el respeto de tus colaboradores y clientes (internos o externos) por el valor que aportas. Haber vivido de niño el ambiente del pequeño empresario me ha orientado desde siempre hacia la responsabilidad y lo que puedo aportar yo más que lo que puedo esperar o reclamar.
¿ Sentirnos empleados ?
Creo que el tiempo de sentirse empleado está en gradual extinción. Aunque la palabra me sigue sirviendo para emplearnos a fondo en ser nosotros mismos y crecer en aquello que pensamos que es o será necesario, aquello en lo que tenemos una propuesta de valor con la que podemos aportar.
Todas las personas tenemos más talento del que solemos reconocernos. Explorarlo, cultivarlo y abonarlo de motivación evita que nos diluyamos en empleos que no nos satisfacen del todo, atrapados por nuestras facturas.
La globalización, la transformación digital o una pandemia, aceleran los cambios que nos empujan a todos a pensar, decidir y actuar.
Conocernos mejor y orientarnos a crecer en aquello que será cada vez más necesario es el reto Share on XNo pienso en robots ni en futuros lejanos, pienso en oportunidades (siempre las hay para quien sabe verlas) , en propósito, en trabajo y en la plenitud personal y profesional que suele preceder a los buenos resultados.
El año en que se paró el mundo es el año en que muchos no hemos parado y cuanto más miro a mi alrededor más creo que la acción orientada, conectada a un propósito y a la vocación de servir suele ser una gran apuesta para combatir el frío.