Uno de mis propósitos al finalizar el 2006 fue el de empezar a escribir. Conviene decir que el hecho de pasar de los cuarenta, tener un árbol plantado y haber traído ya dos hijos al mundo no daban otra salida a mis autoexcusas.
Empecé con timidez, volcando en una blanca pantalla (¿ qué le ha hecho la web a la amenazadora hoja de papel ?) mis pensamientos vespertinos de cualquier domingo por la tarde. Poco despues, me descubrí coleccionando momentos cotidianos o espiando sigilosamente a inocentes víctimas urbanas a las que retratar con delicadeza o saña. Semana tras semana, mi cita ante la pantalla ha resultado un intermitente encuentro con mis pensamientos derivando en algunas ocasiones hacia una fluído concierto de piano en que mi alma ha conectado con mis dedos para abrirme un poco al mundo.
Frases y signos de puntuación han dibujado y contribuído este año al protagonismo que merecían aquel personaje anónimo, aquel gesto inconsciente o aquella mirada furtiva en el metro.
Domingo tras domingo los meses han pasado irreversiblemente su página en el calendario. Mientras unos esquiaban otros reflexionaban. Cuando unos tomaban la calle otros les retrataban en la sombra. Cuando los calores atraían nuestros cuerpos al mar, algunas teclas caricaturizaban esos cómicos momentos…
La vida está llena de instantes inolvidables a los que no prestamos atención. No por desinterés sino porque otros reclaman su protagonismo. El futuro, implacable, nos tira de la mano.
El tiempo ha pasado deprisa y un año no es demasiado si se mira desde el final. Al fin y al cabo, 365 días no es mucha ni poca vida si estás más o menos en la mitad (o eso espero…)
2008 será un blanco lienzo en el que compartir guiños y miradas, observar nuestro interior o animar-nos a la acción. Una nueva etapa en la que existir en este mundo virtual lleno de oportunidades para abrir la puerta de nuestras humildes y anónimas cuatro paredes.
«Blogueo, luego e-xisto»
Joan Clotet