Como pregunta o afirmación, frase recurrente de estos últimos meses frente a las pantallas.
Mas allá de la mudez temporal y torpezas digitales varias la pregunta apela aquí a un tema de fondo, las empresas que no escuchan.
El trabajo remoto ha hecho más evidentes las distancias y más necesarias las preguntas y conversaciones de calidad, a tiempo.
Esta pandemia cogió con el pie cambiado a empresas sólida y orgullosamente sordas. Esas en las que abundan ego y directivos de vuelta de todo. Líderes venidos arriba con experiencia acumulada en un siglo terminado hace ya 22 años.
“Mi mayor fortaleza como consultor es ser ignorante y hacer algunas preguntas” decía Peter Drucker, creo que esa actitud aplica a cualquier manager que quiera entender y aprender a tomar mejores decisiones.
Preguntar requiere curiosidad genuina y respeto por lo que cualquier persona puede aportar. Share on X
La falta de escucha me parece una torpeza mayúscula cuando en toda organización hay talento y conocimiento acumulado a la espera de empatía y buenas preguntas. Si no nos escuchamos, no nos entendemos y si no nos entendemos, nos acabaremos distanciando.
En EEUU hace ya tiempo que pagan el precio de esas distancias. Un incremento del abandono laboral (The great resignation) es motivo de preocupación y análisis . Las causas en cada mercado y geografía serán distintas pero además de precariedad, cansancio o repriorización vital, apuesto a que abundan también muchas suposiciones en detrimento de la escucha.
En España la situación es distinta. Desempleo y mochilas pesan mucho y contribuyen a positivar situaciones aplazando decisiones para preservar el statu quo cediendo espacio a la rutina en detrimento del imprescindible cambio permanente.
La seguridad tiene un precio y en muchos casos, lastra el futuro Share on X.
Además de visión de futuro, una de las habilidades de todo líder es saber generar espacios de confianza donde todas las personas se sientan escuchadas y valiosas, no por quedar bien, sino porque lo son. Los y las líderes deben fomentar la ya famosa seguridad psicológica de la que nos hablaban en Google creando contextos en lo que no sea extraño que un manager interpele a su equipo con preguntas como éstas:
¿ Qué crees que estoy haciendo yo que nos aleja del éxito ?
¿ Qué necesitas más de mi para tener éxito ?
¿ Cuál es tu habilidad o talento que he infravalorado o infrautilizado ?
¿ Qué te motiva y cómo podemos atraer más de eso a tu trabajo ?
Responderlas requiere a veces un cierto grado de valentía. Preguntar y querer escuchar, más.
Las preguntas y la escucha activa nos acercan a la verdad. Preguntar y escuchar multiplica perspectivas, amplia oportunidades, enriquece decisiones y genera vínculos relacionales más allá de un rol y de un contexto
Sólo si preguntamos en lugar de asumir o ignorar podemos descubrir Share on X
Creo que las personas preferimos trabajar en sitios donde somos tenidos en cuenta. Para ejecutar órdenes y deducir de los datos, ya tendremos a los robots
Si la salud nos respeta y cumplimos con la esperanza de vida media, pasaremos más de 80.000 horas de nuestra vida trabajando. Demasiado tiempo como para no hacerlo en empresas que valgan la pena. Organizaciones donde nos pregunten y escuchen lo que pensamos y podemos aportar. Donde activar el mute sea sólo una forma de respeto colectivo para escuchar al que está hablando
Este post va dedicado a un amigo que se ha apuntado a “The great resignation” saliendo ahora de su empresa tras más de 20 años. Con la cabeza alta y un mensaje claro, mi amigo prefiere trabajar en empresas con sentido, donde las personas colaboran por ideales y retos compartidos, con la ilusión como motor y no sólo con el dinero y el corto plazo como motivación y espada de Damocles.
Mi amigo tuvo el acierto de crear un proyecto propio donde el compromiso y la vocación por sus empleados y sus clientes es motor de crecimiento y genera espacio para que otros crezcan a su lado. Creo que se escuchó a tiempo y tomó sabias decisiones.