Termina otro año. Un año más y un año menos. Otra oportunidad de combatir la inercia, hacer balance y enfocar un ciclo por estrenar …

Tras un 2022 intenso y convulso en todo el mundo, el contexto nos evoca a menudo impotencia e invita a un reconfortante e inútil lamento compartido.

Un diciembre más, tertulianos expertos por asignación y cuñados cenizos, Nostradamus del siglo XXI, aportarán su oscuridad destacando lo peor de este 2022 y proyectando una vez más frustración en quien les quiera escuchar.

Para compensar, una mayoría de ecuánimes, los optimistas, los inasequibles al desaliento y los protectores del espíritu navideño velarán también por que estos días sean de pausa, agradecimiento, celebración y renovación de energía. Esa valiosa y escasa que conviene administrar como la que nos abofetea en cada factura.

Diciembre remata un año transpandemia invitándonos a pasar página con nueva mirada y motivación y esta nueva oportunidad de soltar lastre para los esclavos de la inercia empieza tratando de responder a una simple pregunta:

¿ Pero tú, qué es lo que quieres ?

La respuesta no suele ser rápida y sólida. En mi experiencia suele estar demasiado condicionada a otros intereses para quien trabaja en proyectos ajenos. Demasiado cercana al miedo y el riesgo permanente en los autónomos y casi denostada para los que todo lo atribuyen a la genética, la suerte o el destino.

Para los que opinan que el trabajo no es lo más determinante de su vida (aunque nos ocupe la mayor parte ) la reflexión y respuesta necesita ser más amplia y profunda. Más allá de salud, dinero y amor es un primer paso hacia lo que ha de venir (o más bien hemos de ir a buscar).

En un contexto revuelto y con tanto que no controlamos de forma individual, dedicar algo de tiempo de calidad a reflexionar sobre lo que queremos (y lo que no) y aquello que está en nuestras manos parece una buena manera de empezar un nuevo año.

«No importa cuánto camines si no sabes donde vas» reza el proverbio y es que en 365 días daremos demasiados pasos como para no dedicar los primeros a fijar un rumbo propio y atractivo.

Seguir pedaleando sin descanso jactándonos de apretada agenda y parando sólo al pinchar no parece una forma muy gratificante de transitar por el 2023.

Una parada en boxes

En este contexto de parada en boxes, descubrí hace años una herramienta simple que ayuda a reflexionar y responder a preguntas que no solemos hacernos todas las semanas.

Se trata de Year Compass una iniciativa impulsada por un pequeño grupo de húngaros comprometidos con ayudar al mayor número de personas posible a dibujar su futuro inmediato.

Traducida a más de 50 idiomas por voluntarios, gratuita y basada en preguntas y espacio para pensar, requiere sólo de tiempo y ganas de tener una conversación productiva con uno mismo

Te invito a echar un vistazo a su propuesta. Evita responder a preguntas parecidas de forma precipitada cuando el destino nos cita a empujones con la conciencia. También es útil para explorar nuestros patrones y aprender de la experiencia propia con cierta distancia.

Me sumo al propósito de esos húngaros idealistas. Contribuyen a que cada año desde 2012 miles personas descarguen el archivo. Apuesto a que muchos menos lo leerán en diagonal. Sólo algunos centenares dedicarán algo de tiempo al proceso y ante las primeras preguntas que nos enfrentan a nuestros hechos, engrosarán su lista de tareas pendientes. Una más como los propósitos de año nuevo, esos que suben con la efervescencia del cava y bajan con las rebajas de enero.

Pero unos pocos de esos miles de curiosos asistirán a su cita anual consigo mismos/as para reflexionar y tomar decisiones (las que se toman en pos de una vida propia y plena).

El fin de la inercia

El fin de la inercia empieza con una decisión: estrenar nuevo año con honestidad y tiempo de calidad.

Un par de horas para entrenar en conciencia, auto y desaprendizaje, algo de coraje y mucho compromiso con unos pocos retos (los adecuados) que nos acercan a una mejor versión. Una más íntima, retadora y real que la que exhibimos en redes sociales. Esa que nos hará sentir más realizados y plenos dentro de 12 meses.

En estas fiestas navideñas de excesos varios regálate algo de tiempo para la reflexión y toma como aperitivo unas pocas decisiones aderezadas con la energía y el contraste de los tuyos.
Acaba 2022 aprendiendo y poniendo en valor todo lo que has hecho y puedes hacer. Será un proceso energizante para afrontar con mayor autoconocimiento y foco todo el trabajo que decidirás hacer el próximo año para ser un poco más feliz en beneficio propio y de los demás.

Felices fiestas a todos y mejor 2023.
Lo primero es un deseo, lo segundo, una invitación

Joan Clotet

Humanista Digital // Digital Talent Innovation Coach · Advisor · Trainer · Speaker · Author / Committed with People Talent Innovation and #Positive change

Deja una respuesta