Carpeta nueva

Mañana empieza el curso y con él, la ciudad su ritmo habitual y los ciudadanos se plantean nuevos retos, hacen buenos propósitos, comienzan dietas, compran fascículos y tantas y tantas cosas …
Mañana todos los niños (y no tan niños) estrenarán plumier y quizá ropa y seguro libros (de los que esperamos que el valor esté a la altura de su precio ).
Es un buen momento para hacer limpieza mental y romper con los malos hábitos para asumir otros nuevos. Dado que las estadísticas están abrumadoramente en contra nuestro (más del 75% de los nuevos propósitos se deshincharán como globos en pocas semanas) sería bueno marcarse un plan semanal humilde, con tareas asumibles y sostenibles.
Tanto en el plano profesional como en lo personal, una semana productiva nos llena de satisfacción y descarga nuestra conciencia en favor de más energía para crecer.
Si miramos atrás unas pocas semanas y vemos la facilidad con la que el ser humano se pone en “modo relax” y es dueño de su propio tiempo hasta desperdiciarla sin cargo de conciencia, se hace difícil pensar que entraremos en esta dinámica productiva y positiva en poco tiempo. Las vacaciones son tiempo de familia, relax, ocio deportivo, cultural, social, gastronómico y en general de excesos más viscerales que crebrales. Son el reino de todas aquellas cosas que no podemos hacer la mayor parte del año mientras trabajamos para financiar nuestros sueños. Esta sobredosis de placer hace más dura la reentrada (proporcionalmente al tiempo en que hemos estado desconectados de la máquina productiva).
A los que tenemos el lujo de trabajar en cosas que nos gustan no se nos hace dificil encontrar motivaciones, pero mucha gente necesita una buena dosis de paciencia (o de mala leche) para asumir su dura realidad.
Ahora mismo por televisión entrevistan a los adolescentes que decoran sus carpetas con fotos de sus ídolos musicales, deportivos, etc. como mantra de apoyo mutuo antes de empezar el nuevo curso. La fantasía también es el motor de la realidad.
Ilustrar nuestra “carpeta mental” con fotos de nuestros sueños y nuestras responsabilidades, estrenaremos corbata y nos desayunaremos el lunes con el mismo empuje que esperamos de los demás.
Así como los niños se forran los libros cada septiembre, los adultos soñamos en “forrarnos” nosotros para no tener que volver que pasar por este trance nunca más.

Buenas noches y buena suerte
Joan Clotet