Aquesta setmana passada vaig resoldre una assignatura pendent des de fa mesos: abordar el meu vell professor d'anglès i agrair-li la feina. abordar el meu vell professor d'anglès i agrair-li la feina, caminando lentamente camino del supermercado, con la mirada propia de quien está de vuelta ya de todo. Intercambiamos unas palabras, me identifiqué y le agradecí su capacidad didáctica y de motivación con aquellos más de 40 niños que descubrían un nuevo idioma con el que primero podrían entender las letras de sus canciones favoritas y más tarde podrían comunicarse sin complejos por el mundo físico y virtual.
Cuando somos niños no sabemos apreciar el privilegio que supone que alguien te dedique su tiempo a enseñarte algun conocimiento o habilidad. Poco más tarde, ya descubrimos que eso cuesta dinero, que en la vida tendremos que aprender constantemente si queremos evolucionar y que el profesor que educa, motiva e inspira es una especie en extinción. Sólo cuando tenemos hijos apreciamos de nuevo el valor de esta etapa de la vida en que nuestro trabajo básico es absorber conocimiento y habilidades para sobrevivir en un mundo tan competitivo.
Volviendo a mi viejo profesor, y ante la confesión de su edad (99 anys !!!) tras sonrisa picarona, me sorprendió calcular que él ya se jubilaba cuando yo tenía 10 anys ! Podem, cuando yo empezaba a despertar, él parecía retirarse a descansar.
A todos aquellos que comparten generosamente su conocimiento, más allá de su obligación profesional, mi agradecimiento y admiración. A todos aquellos que con 99 años aún recuerdan a sus alumnos de hace 30 y son capaces de mirar atrás con una plácida sonrisa y hacia delante con serenidad, mi más sana envidia.
Dedicado al profesor Solé y a todos los que comparten con vocación su conocimiento
Joan Clotet