Para todos aquellos que teneis hijos, o estais estudiando, o aún teneis fresco en la memoria lo que significa el mes de Junio, la frase «fin de curso» sabe a sprint final, a incertidumbre y trabajo de última hora, a exámenes, pruebas y selectividades, a balance, logros y fracasos.
Desde pequeños estamos acostumbrados a vivir en ciclos, sometidos al calendario de un curso, una temporada o un ejercicio fiscal y a recibir al final del mismo el premio o castigo a nuestros trabajo. Saber planificar adecuadamente el esfuerzo, asumir nuestras carencias y no pecar de exceso de confianza, emplearnos a fondo en lo que más nos disgusta o evitar las tentaciones en favor de un trabajo a tiempo o riguroso son retos de los que nunca nos vamos a poder liberar.
Pero finalmente, a pesar de las angustias, sobreesfuerzos, dudas, jefes y profesores, inalterablemente nos encontramos con nosotros mismos, con el resultado de nuestro trabajo de fondo, con el premio o el castigo a nuestros méritos y deméritos. Y así ocurre siempre. Reflexión, buenos propósitos, fugaces cambios de hábitos y finalmente, nosotros. A pesar de padres, profesores, exámenes y notas, jefes e informes, proyectos y balances, al final siempre estamos nosotros.
Con tantas personas preocupadas y ocupadas por nuestro rendimiento, nos olvidamos a veces de enfrentarnos a nuestra conciencia y tomar las riendas de nuestra asignatura, de nuestro proyecto, trabajo o de toda nuestra vida.
Deberíamos preguntarnos que esperamos de nosotros mismos y que somos capaces de hacer si estamos motivados y nos empleamos a fondo y con pasión. Quizá esta introspección honesta e individual nos haga encontrar nuestra motivaciones reales para conseguir lo que queremos. No te valores por tus notas o por los signos de aprecio o desprecio de tu jefe. Define qué quieres ser y trabaja para ello. Olvida a jefes y maestros y trata de no fallarte ni engañarte a ti mismo/a asumiendo tus limitaciones, explotando tus capacidades y encendiendo el motor de la motivación que te llevará directo hasta tus sueños. Si la meta es suficientemente atractiva, las barreras te parecerán estimulantes retos y sabrás seleccionar sabiamente a tus mentores. No esperes reconocimiento y buenas notas para valorarte. Esfuerzate y celebra los pequeños éxitos. Es a tí mismo a quien no debes fallar. Sólo así lo que está a tu alrededor volverá a encajar en positivo.
La vida no se limita a cursos, exámenes, notas o promociones. Mañana puede ser el primer día de un nuevo ciclo positivo y esto está principalmente en tu mano.
Joan Clotet
(Dedicado a un amigo desorientado)