Digitalante
- m. Actitud o estado de ánimo de una persona:
tiene un digitalante muy beligerante. - Modo o disposición con que se realiza algo:
respondió con muy buen digitalante.
En un cambio de época en que lo digital nos empuja deprisa hacia el futuro, parece que los que carezcan del potencial, las facultades o capacidades que me atrevo a denominar en su conjunto como digitalento, estén en desventaja.
No pongo en duda que aspectos como la Divergencia creativa, la Innovación centrada en el cliente, la visión Global e integradora, la Iniciativa emprendedora, el Trabajo en red, el Aprendizaje autónomo y el Liderazgo digital, sean determinantes para el éxito, cuando no la supervivencia, de un individuo u organización. Así de bien lo argumenta mi admirado Albert Delgado en su recomendable libro Digítalizate (Libros de Cabecera), pero creo que todo ello no es suficiente si no contamos con la predisposición adecuada, nos deshacemos de hábitos defensivos y nos abrimos en positivo a las oportunidades de cambio.
Si al leer estas líneas no te reconoces como innovador, la divergencia o el liderazgo parecen irte grandes, si no usas Periscope, crees que Coursera estiliza la figura o no tienes la más remota idea de a qué se dedica un growth hacker… no te preocupes, porque la mayor parte de estas cosas se aprenden y por contra ,quizá tengas ya un valor innato de los que no son fáciles de adquirir y que te ayudará a crecer y brillar en la era digital.
Conozco a muchas personas a las que admiro, aprecio y de las que aprendo por su digitalento pero que destacan y crecen especialmente por su buen digitalante.
Aprecio ese digitalante en quien es curioso y abierto para aprender, en quien comparte para crecer desde la humildad, no como víctima de su ego y el megustismo. Me gusta el digitalante de quien escucha para entender y ve en la opinión ajena, la crítica y la queja, oportunidades para mejorar. Admiro el digitalante de quien se conoce y acepta lo suficiente para exponer su vulnerabilidad en la red sin caer en el sincericidio. Me cargan las pilas los que despiertan cada mañana en positivo y agradecidos, aquellos que no ven fantasmas y amenazas por todas partes y parten de la neutralidad o la confianza como punto de partida en relación a lo desconocido. Hace gala de un buen digitalante quien sabe que la red es valor a través de conversación y un entorno social en el que el punto de reflexión antes de publicar, es tener algo que aportar a los demás. Aprecio a quienes tienen en su sonrisa parte de su marca personal, ya sea cara a cara, en sus fotos o en emoticonos aparentando siempre predisposición (que no disposición) a lo nuevo como oportunidad.
Si ves en la transformación digital más amenazas que oportunidades y te sientes urgido a actualizarte, invierte sin duda en digitalento pero apúntante ya al buen digitalante, puedes empezar desde ya y no requiere cursos ni certificaciones. Busca, únete y suma a los digitalantosos. Son fáciles de reconocer y su actitud se contagia. Y recuerda…
En la predisposición está siempre el primer paso para el cambio
Gran post, Joan. Una vez más ejerces de maestro de las palabras para bautizar dos conceptos clave, uno nutre al otro y otro al uno; como sugieres, no hay digitalento sin digitalante. La clave está en no considerar las nuevas herramientas de narrativa digital como juguetes sino como herramientas al servicio de la comunicación personal y corporativa. Te envío un digiabrazo!
Gracias por leer y comentar Guillem, una de mis referencias en ambos conceptos. Digiabrazo de vuelta !
¡Qué bueno, Joan!
Con tu permiso, «me quedo» con el post tal y como está.
Es un placer y un lujo que nos «refresques» con cada entrada. Gracias
Gracias José María. Digitalante a raudales!